Porque tenemos miedo cuando amamos
Es cierto, amar entre otras cosas, es tener miedo. Todo el tiempo. Cuando nos enamoramos, es muy habitual sentir esa sensación de pánico a la idea de perder al otro, a que dejemos de gustarle, a no poder estar con él. Naciendo una frase que nos persigue todos los días en que vivimos con amor: "No puedo vivir sin él o ella", un comentario que todos hemos hecho o sentido alguna vez. Porque el amor nos fascina, nos gusta, nos da la vida, pero también nos hace tremendamente vulnerables.
Al enamorarnos, de la noche a la mañana, dejamos de ser dueños de nuestra vida y la ponemos en manos del otro. Lo que ocurre, es que el amor implica asumir riesgos. Esto hace que podamos sentir tanto vértigo que acabemos saboteando nuestro amor. Porque sentimos demasiado miedo, intentamos limitar su poder, quitarle importancia enganchándonos a una actividad donde todo repose sobre nuestros hombros. Es la manera que encontramos de protegernos del poder que el otro ejerce en nosotros.
Pero es normal tener miedo, más cuando estas enamorado, pues no quieres perder a aquel o aquella que llena tus vidas, por ello, ten presente que no existe ninguna contradicción evidente entre ser dueño de tu propia vida y amar a la persona que está a tu lado. Querer algo con todas tus fuerzas no es malo, convertirlo en imprescindible, sí. La persona apegada nunca está preparada para la pérdida porque no concibe la vida sin su fuente de seguridad o placer.
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