Se trata de un tema controvertido, algunos están a favor, mientras que otros no tanto. Recientemente se llevaron a cabo estudios que dieron como resultado que consumir la mayoría de las calorías en las primeras horas del día puede favorecer la pérdida de peso; sin embargo, es importante señalar que dichas evaluaciones “se hicieron en personas que seguían programas de pérdida de peso con un plan nutricional controlado y que realizaban ejercicio, dormían bien, cuidaban el consumo de grasas e hidratos de carbono, etc., lo cual finalmente los llevaba a perder peso. Por eso debemos tomar no solo uno, sino varios factores en cuenta para mantener nuestro peso.
La verdad es que si nos saltamos las horas de comida…
Si nos saltamos los horarios de nuestras comidas llegaremos a la siguiente con más hambre, comeremos rápido, cualquier cosa y mucho más. No nos daremos cuenta de la cantidad y lo haremos sin parar hasta quedar muy llenos. Podríamos ingerir entre 15 y 25% más de lo que hubiéramos necesitado consumir para sentirnos saciados. Y esto, sin duda, nos hará ganar kilos de más.
Come un buen desayuno
El desayuno es un alimento que no debemos omitir nunca, los especialistas en nutrición recomiendan hacerlo siempre y a más tardar dos horas después de despertar. Si nuestra comida del día anterior fue hace mínimo ocho horas, nuestro cuerpo amanece ávido de nutrimentos. Sobre todo de calcio, ya que este mineral no solo sirve para fortalecer huesos y dientes, sino también para relajar los músculos para el descanso. Y como durante la noche nuestros huesos, a costa de relajar los músculos, sufren cierto desgaste de calcio, amanecemos con gran necesidad de este. Por eso cuando salimos a la calle sin haber consumido este mineral y respiramos el humo de coches y camiones, rico en plomo y otros metales pesados, nuestro cuerpo tiende a fijarlos en los huesos en lugar del calcio. Así que, regla número uno: consume un alimento rico en calcio, como leche o lácteos, tortilla de maíz o verduras verdes, antes de salir de casa por la mañana.
Desayunar de manera equilibrada y suficiente es un componente del estilo de vida saludable, ya que se asocia con un menor consumo de calorías al final del día, de golosinas y grasas y un mejor control de los lípldos y de la glucosa en la sangre de las personas que habitualmente lo hacen. Por lo tentó, quienes desayunan bajan considerablemente su riesgo a largo plazo de padecer obesidad y diabetes.
Cenar por la noche…
Existe la creencia de que cenar engorda, pero no es así. Lo que en verdad lo hace es comer muy tarde y justo después irnos a dormir; lo cual, además, puede afectar nuestro descanso. Lo ideal es “cenar más temprano, cuando falten al menos dos horas para acostarnos, y consumir alimentos más ligeros de menor densidad energética, esto tiene una razón: gastamos menos energía durante el sueño.
Conclusión, comer temprano si ayuda a adelgazar.
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