Lo importante de quienes influyen en tu vida. La mayoría de las personas tenemos a alguien que, por sus actos, se convierte en una fuente de inspiración. Y descubrimos que es capaz de levantarnos en momentos difíciles.
Ay quienes, por diversas razones, han marcado tu vida, ya sea la heroína de una película, alguien cercano a ti o por quien sientes, además, un amor especial, un líder mundial o una persona que por su manera de enfrentar la vida se ha convertido en un ejemplo a seguir. Sin importar su origen, ellos se convierten en una figura de influencia en tu andar, y sus palabras o sus actos pueden determinar en gran medida tus decisiones; es allí donde radica la seriedad de tu selección. Si haces memoria, desde que eras pequeña.
tienes una imagen ejemplar de un ser que podía mediar en tu comportamiento, despertar el anhelo de parecerte a ella o bien, de seguir sus pasos e igualar sus logros. La manera en que la seleccionas depende mucho de tu personalidad, forma de pensar, así como también de tus necesidades emocionales y del medio en el que te desenvuelvas.
Por ejemplo, si en tu familia había un gran gusto por la danza e incluso uno o varios integrantes vivieron en este ambiente de un modo positivo, es seguro que tendrás inclinación por esta profesión y buscarás en este campo alguien que cumpla con tus expectativas para que sea tu punto de referencia. En cambio si la experiencia que tuviste al respecto fue negativa, es evidente que evitarás cualquier contacto con esta vivencia.
Así también, tu personalidad y la manera de pensar lo detennina. Esto es: si eres una mujer aguerrida, que cree en los resultados del esfuerzo, el trabajo y la igualdad, podrías admirar a personalidades como la Madre Teresa de Calcuta; pero en cambio si te distingues por ser delicada, sociable y dispuesta a apoyar a otros sin adquirir mayor compromiso que animarlos a echar mano de lo que ya tienen, quizá te identifiques con Kate Middleton.
¿Qué buscan las mujeres de hoy?
Es inherente a todos los humanos buscar esa imagen de influencia; generalmente surge durante la infancia cuando es más sencillo idealizar a alguien e incluso otorgarle poderes o características que no tiene, y conforme uno crece, es posible ver la realidad y reconocer las fortalezas y debilidades de esa persona, sin que ello minimice su poder; por el contrario, este puede aumentar en la medida en que percibes todas las barreras que ha tenido que sortear para convertirse en lo que es. Pero no siempre ocurre así, también con mucha facilidad se asume que una persona digna de admirar es aquella que va en contra de las reglas, que es famosa y poseedora de una gran fortuna económica, pero que en realidad su figura no tiene nada que ver contigo, con tu forma de pensar ni con lo que esperas de la vida.
Y aunque no hay estudios serios que lo avalen, la especialista comenta que en su experiencia, hoy en día las mujeres tienden a reconocer e identificarse con sus pares que se encuentran en el escaparate de la fama, que tienen a un hombre poderoso a su lado que les ofrece tranquilidad económica y que son bellas físicamente, condiciones que poca relación guardan con la idea actual de las féminas, de ser independientes, productivas, inteligentes y capaces de convivir con los varones de forma igualitaria, sin pensarse superiores a ellos.
Lo que hay que buscar es coherencia entre lo que pensamos, hacemos y aspiramos, con lo que transmiten las personas a las que admiramos, pues habla de nosotras, de hacia dónde vamos y qué camino estamos dispuestas a seguir para obtener objetivos.
Analizarnos, sin juicio de si está bien o mal elegir a determinado individuo como influencia, nos va a ayudar a tener claro por qué lo admiramos y qué tanto sus actuares pueden ser valiosos e impactar en nosotros”, dice Mariana Rivera. No anules tu esencia Es muy valioso tener a alguien que haga las veces de faro de luz en tu vida, que te guíe e inspire, y no forzosamente tiene que ser una celebridad; en tu entorno puedes encontrar maravillosas fuentes de aprendizaje y que también pueden ser una proyección de ti misma, es decir, lo que ves en otros es lo que ves en ti.
Admirar y influenciarse por otra persona es un ejercicio de autoconocimiento, de respeto a otro y a ti misma, además de ser un reflejo de lo que anhelas. Mientras más gente conozcas, más te conocerás a ti misma. No obstante, debes tener presente que eres tú la encargada de vivir tu propia experiencia de formarte como una mujer segura, emprendedora, digna y respetable ocupada por su crecimiento en todos los sentidos.
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domingo, 13 de noviembre de 2016
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