La memoria es un ingrediente de las habilidades cognoscitivas. El cerebro codifica la información que considera útil y la almacena en la corteza cerebral, por lo general cerca del área sensorial que se relaciona con cada uno de los componentes de la memoria.
Antes de ser copiada, la información que entra pasa a través del área más rudimentaria del cerebro interno y así toma las acciones idóneas para sobrevivir. Se asocia con el desarrollo de todas las demás habilidades mentales.
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La clave del aprendizaje es la capacidad del cerebro para convertir una experiencia actual en un código y almacenarla de tal modo que, más adelante, la experiencia pueda ser recordada para beneficio propio.
Sin ningún esfuerzo consciente de nuestra parte, el cerebro codifica de manera permanente cierta información que los sentidos le envían.
También puede acumular otro tipo de datos, porque de forma consciente pasamos repetidas veces ciertas referencias a través de un circuito de ensayo, lo que incidentalmente puede suceder durante el sueño.
Como tener una gran memoria
Mientras expongas al cerebro a más experiencias, más ramificaciones enviarán las células desde su axón o dendritas (una de las tres grandes partes que componen una neurona, es una fibra nerviosa que permite transmitir las señales eléctricas entre las neuronas) para vincular esas células a tantas otras como sea posible y poder así ayudar a resolver los problemas en curso.
Mientras más enlaces estén disponibles, más fácil le será al cerebro poder detectar similitudes entre las partes de una experiencia nuevas de experiencias antiguas que ya conoce.
De esa forma, el cerebro no tiene que crear códigos nuevos para retener la experiencia reciente, sino solo para las partes desconocidas.
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